domingo, 23 de agosto de 2009

DIBUJO

En su obra mas expresiva el artista Rui Pinto Silva tiene el dibujo como una de sus herramientas mas consistentes para abordar en todo su explendor, la sociedad y sus rutas de teor cosmopolita y globalizado. Es decir, que todo el caos y el contacto simbólico entre todos los individuos es la premisa mayor de sus figuras humanas. En ellas podemos ver el movimiento, el dinamismo y los paisajes mas urbanos que nos llenan el cuotidiano de conexiones aleatorias.

LAS MASCARAS DE RUI PINTO SILVA



La mascara fue el comienzo del desarrollo conceptual de su obra escultórica. Del carácter ambiguo y místico proveniente de la antigüedad clásica y de los pueblos primitivos sus piedras reflejan la raíz expresionista que hoy, mas define la técnica espontánea de Rui Pinto Silva


"De trás de la máscara todo se oculta".


A lo largo de su carrera profesional, el artista ven desarrollando un proyecto centrado en la búsqueda de una identidad oculta en cada mascara esculpida. En ellas hay siempre un mundo paralelo a descubrir, relleno de sentimientos y expresiones comunes a nosotros, seres vivientes. Sus mascaras no son mas que espejos simbólicos en forma de piedra para los que buscan la esencia de la identidad propia.


LIBERTAD INTERIOR


Libertad interior tiene su componente principal en la búsqueda los limites del artista, impuestos por todo un mundo exterior ahogante. Así que, exteriormente, al espectador participante un sonido molesto de una cualquier ciudad cosmopolita y caótica le era emitido; este ruido, representaría la enferma sonoridad a que uno se expone diariamente. Toda esta ola exterior maléfica, denuncia, desde luego, lo que el artista define como una cárcel de libertad interior, iluminada y pacífica donde la capoeira es el símbolo principal. La rueda de capoeira, por su libertad cerrada, constituye un cuerpo vivo y compacto que protege del mal ruido del exterior. Quien entrase en esa rueda, cerraría en una libertad propuesta por Rui Silva. para ello el espectador se ponía unos cascos para oír el sonido de capoeira y no más oír el no interesante. Por fin, en ese momento de disfrute de la libertad al ritmo de la capoeira, unas manos eran proyectadas sobre el lenzo blanco. En toda la escena los participantes de la instalación serian reconocidos como los actores principales, en un lugar envuelto de palmas y apartado de la discriminación y prejuicio hacia tu persona.RUI PINTO SILVA